Unas Cuñadas Ejemplares


Josefa Antonia Cisneros Mansilla           María Luisa Hernández Manzaneda

En la vida del Venerable Dr. José Gregorio Hernández existieron dos mujeres que influyeron mucho en su formación, prácticamente en todas sus etapas, desde niño hasta su adultez. Ellas fueron Doña Josefa Antonia Cisneros Mansilla y María Luisa Hernández Manzaneda la primera, la madre de José Gregorio y la segunda su tía, hermana de su padre. Es cierto que José Gregorio quedó huérfano de madre a los 8 años pero esas enseñanzas de su madre nunca las olvidó. Ambas contribuyeron mucho en su formación en cuanto a su personalidad y su vida espiritual cristiana. La primera maestra de José Gregorio fue doña Josefa Antonia, señora de gran bondad, cuyas obras de caridad y beneficencia la hicieron merecedora del afecto y el respeto de las gentes del lugar, y de una merecida reputación de santidad. Con la dedicación que sólo ostentan las madres, enseñó a su hijo mayor a leer y escribir, y le inculcó las bases de la doctrina cristiana, no solo a través de los textos del Catecismo, sino también a través del ejemplo de una moral y una conducta irreprochable. También doña Josefa le instruyó en historia sagrada y en aritmética. Acerca de su madre escribió una vez José Gregorio:

"Mi madre que me amaba, desde la cuna me enseñó la virtud, me crió en la ciencia de Dios, y me puso por guía la santa caridad..."  

La tía María Luisa, vivió entregada al cuidado de sus sobrinos, hasta que muere a los ochenta y cinco años de edad, el diecinueve de septiembre de 1911 era hija de Remigio Hernández y Lorenza Manzaneda, soltera y natural de Boconó, Estado Trujillo.

Como anécdota, es de hacer notar la afinidad que tenía José Gregorio con su tía María Luisa, sabemos que el Beato había entrado a formar parte de la tercera orden franciscana, en la Iglesia de la Mercedes, desde muy joven cuando estudiaba medicina, esto había ocurrido en el mes de diciembre de 1884, como podemos observar en el gráfico anexo en su último párrafo donde aparece su nombre. Años más tarde su tía también se hace también terciaria franciscana y la felicitación de José Gregorio para su tía fue dirigirse a ella en una carta usando el apelativo de "hermana". 

Podríamos conocer algo de su tía María Luisa a través de una carta dirigida a su sobrino Cesar y a su esposa; desde Caracas al pueblo de Isnotú, Estado Trujillo y la misiva dice así:

Caracas, 29 de septiembre de 1895.

Mis queridos Cesar y Dolores:

Con cuánto gusto les hago estas letricas para decirles que les mando unas estampitas del Corazón de Jesús de la sociedad de Salesianos, que se ganan muchas indulgencias sin más obligación que rezar un padre nuestro a San Francisco de Sales y hacer la intención de oír las seis Misas todos los días por la mañana. Yo espero que ustedes no dejen de hacer tan pequeña cosa. Le mando una a mi comadre Lucía y cariños a la familia. Aquí estamos todos alentados. Deseo que allá no haya novedad ninguna y que mi querido Benigno María (sobrino de José Gregorio) esté muy grande, y me le dan un millón de abrazos y besos y la bendición, y ustedes reciban estrechísimos abrazos de su tía que tanto los quiere y desea verlos.

Luisa H.

Su muerte ocurrió en Caracas en la casa número 41, entre las esquinas Dos Pilitas y Portillo, parroquia La Pastora. Allí pasó sus últimos días en compañía de sus sobrinos, José Gregorio e Isolina desde finales de 1.909.

Alfredo Gómez Bolívar

2019 




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