Carta N° 2 Continuación

La Llegada a Casa
(Continuación de la carta anterior)
Después tuve el placer de ver a toda mi familia, que estaba la mayor parte buena, aunque papá siempre está con sus ataques de asma, que no han querido ceder a ninguna cosa de las que le he indicado; consulta tú con Vaamonde a ver qué medicamento le ha dado a él mejor resultado; yo le he hecho un examen muy superficial porque esa fiebrecita me ha impedido hacer muchas cosas, pero creo que es esencial. (Dos años más tarde moría su padre cuando José Gregorio estaba haciendo postgrado en París).
Aquí he tenido varios enfermos,... dos casos de disentería aguda, los cuales aunque han mejorado un poco, no están bien todavía; y un caso de tuberculosis.
Ya tú ves que para hacer tan poco tiempo que estoy aquí no deja de ser algo y me da esperanzas de poder reunir dinero suficiente para que hagamos nuestro proyectado viaje a Europa; papá dice que el cree que haré más de los tres mil pesos que pongo como cifra indispensable para poder estar algún tiempo en París.
He paseado a caballo dos o tres veces con algunos amigos de aquí que se empeñan en que esto me parezca menos feo de lo que realmente es, empeño inútil porque la fealdad de lo de por aquí está más allá de toda descripción; y eso que la variedad en las costumbres y maneras son cosas que me divertirían si no me atacaran los nervios por la antipatía que tengo a toda la gente de por acá...
No me dices nada del Hospital decretado: yo lo supe en Maracaibo. Dame Detalles... (José Gregorio preguntaba por el Decreto del presidente Rojas Paúl para la construcción del Hospital Vargas).
Cariños a todos los amigos, saludos a las niñitas. Contéstame y escríbeme por todos los vapores, y me cuentas todo.
Tu amigo que te envía un estrecho abrazo.
Hernández.