Carta N° 11
Las Buenas Amistades
Betijoque, Diciembre 8 de 1888.
A. Dominici. Caracas,
Muy querido amigo: Llegué de Boconó y encontré tres cartas fechadas en noviembre 7, 8 y 9; yo esperaba que así sucedería y había dado orden para que las tuvieran aquí hasta que yo volviera: estaba muy deseoso de que el correo que pasó ayer me trajera otra, pero desgraciadamente no sucedió así.

Me he alegrado de que las niñitas hayan logrado, por fin, realizar su viaje, (se refiere a las hermanas de Santos Aníbal Dominici) y al mismo tiempo lo siento cuando calculo que el doctor ha quedado seguramente muy triste; y más triste cuando tú te vayas a buscarlas; él, que es todo corazón, debe sufrir mucho viéndose sin sus hijas; cuando te vayas llévale a Inesita mi párrafo, para que vea que ni el tiempo ni la ausencia pueden nada contra mi amistad y mi cariño...
No puedes calcular cómo me ha complacido al saber que Elías Rodríguez les da clase: con él se aprende de todo, todas las materias se repasan siempre que uno esté pendiente de su palabra: y calcula cuál habrá sido mi alegría al saber que Morales está en Cirugía; quisiera volar, aunque fuera a oír solamente su clase, que la da como nunca ningún catedrático de Medicina lo ha hecho: no me puedo imaginar a quién pondrán en lugar de Ponte, ni tampoco en Higiene. La separación de Vaamonde es muy sensible, pero no para ti, que siempre puedes y debes seguir estudiando con él; que esas fortunas no las encuentra uno dos veces: salúdamelo muy cariñosamente y dile que desde estos momentos estoy sintiendo su separación de la Universidad, que él, según la elegante frase de Calixto González, porque él, repito, la honra.
Te envidio muchísimo cuando leo la enumeración de los amigos con quien te reúnes ahora: es una listica encantadora, y cuento que cada día se hará más simpática; basta decir que se encuentra en ella Federico Eraso, ¡y sobre todo Alfredo Mosquera!, ojalá que sigas siempre por este camino, que es el único que no conduce a la perdición: cuando vuelvan a bailar en la casa creo que a ambos los debes invitar, ya que todos son personas muy, importantes para nuestros planes futuros. No puedes figurarte cuánto desearía estar en la retreta, si toda esa gente había de estar también: se me hace la boca agua.
Me parece inútil repetirte lo que tantas veces te he dicho respecto a la amistad de Ck. y debes desecharla por cuantos medios estén a tu alcance; hay veces en que me parece que soy injusto con ese mozo, pero después, cuando recuerdo su modo de ser, tengo que convenir en que no hay tal y en que su amistad es sumamente perjudicial para todo el que no sea un necio. Las amistades son para que produzcan beneficio, o por lo menos deben ser indiferentes, pero de ninguna manera para que den malos resultados.
No me has dicho si por fin se graduó Eduardo Fernández ni qué tal examen presentó; creo que ha debido ser muy brillante.
Por esta ocasión no te contesto en inglés porque eso me quita mucho tiempo; pero no tengas cuidado, que yo no he de dejarte sin mis disparates en anglicano: te lo aseguro porque de lo contrario no sería quien soy.
Tu amigo que te abraza,
Hernández.